viernes, 3 de enero de 2014

PROPÓSITOS DE AÑO NUEVO: ADELGAZAR

SÍ. ADELGAZAR. Perder peso, quitarme los kilos que me sobran, aligerar la carga, para así hacer menos pesado el camino. Despojarme de aquello que no me deja avanzar o que, aparentando ser una ayuda, es más un lastre.

En el día a día hay muchas cosas que me “facilitan” la vida, me la hacen más cómoda, y quizá también con ello, menos vida. Convierto en necesidades cosas que deberían ser sólo un complemento, poniéndole con ello más peso a la mochila. Si algo me enseñó el Camino de Santiago es que lo importante no es lo que va dentro de la mochila, sino lo que se va tejiendo por dentro. Y que es lo que va en la mochila lo que impide hacer camino por dentro.

Y así, también en la vida. Y las cosas no son lo único que pesa. Pesan los sentimientos y las actitudes. Pesa la insatisfacción, el tiempo perdido y la pereza. Pesan las palabras no dichas, los compromisos no cumplidos y los asuntos no cerrados. Pesa la indiferencia, la desgana y el desánimo. Pesa la falta de autocompasión, de autoperdón, el no aceptar de vez en cuando una dosis de fracaso. Pesa todo aquello que pone obstáculos al crecimiento, zancadillas a la verdadera alegría, trabas a los sueños.

Así que sí, adelgazar es lo que quiero, pero no por estética y de cara a la galería, sino por salud (propia y ajena) y de cara a una vida entregada. Y una vez más delgada, con la mochila menos llena, compartir dieta con otros: adelgazar sus cargas y sus problemas, ayudar a cargar historias (la mochila entre dos siempre pesa menos).

Que lo que me pese sea la alegría y el amor, que me pesen tanto estos dos que no tenga más remedio que compartir esta “carga”. Vaciar la mochila para llenar el corazón, los corazones.



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